Lo que necesitas es amor… y una endodoncia

Lo primero, te preguntarás, qué es eso de la endodoncia (si lo que te preguntas es qué es el amor ya te adelantamos que aquí no encontrarás la respuesta). ¿Qué es una endodoncia? Preguntas, mientras clavas tu pupila en nuestra pupila azul, una endodoncia es el procedimiento que utilizan los odontólogos para eliminar -en parte o en su totalidad- la pulpa del diente y sellar el conducto pulpar cuando la pulpa está infectada y puede afectar a la viabilidad del diente.

 

La causa más frecuente de la infección y consecuente inflamación y necrosis de la pulpa, y por tanto de la necesidad de realizar una endodoncia, es la existencia de caries, aunque existen otros factores:

  • La abrasión, erosión y desgaste de los dientes por el roce entre ellos.
  • La forma en que se realizan algunos tratamientos restauradores y los materiales que se utilizan en los mismos.

Pero no tengas miedo a una endodoncia, aunque el nombre no sea el más bello e inspirador del mundo, el tratamiento suele ser prácticamente indoloro, ya que a día de hoy se utilizan anestésicos locales muy eficaces y de larga duración.

Los dientes endodonciados no tienen por qué ser más frágiles que los demás, siempre y cuando sean correctamente restaurados.

El tratamiento se lleva a cabo cuando la pulpa del diente, como hemos señalado antes, se infecta, y se hace para evitar que la infección pase a otros tejidos evitando la pérdida del diente afectado.

 

¿Cuándo necesito una endodoncia? Esta pregunta te la puede resolver tu odontólogo de confianza (nosotros te esperamos con una sonrisa). Hazte un chequeo, sobre todo si te duele al masticar, o tus dientes se vuelven muy sensibles.

Para el correcto diagnóstico se realizan radiografías que permiten al endodoncista estudiar el diente y su situación a fondo, permitiendo ver lo avanzado de la infección, si es leve o incluso ha llegado al hueso. Cuando la pulpa está afectada de forma irreversible por caries profundas, traumatismos o lesiones endoperiodontales: en estos casos el diente puede volverse sensible al frío, el calor o la masticación. El dolor puede ser intermitente o constante. Incluso el diente puede cambiar de color o puede aparecer un flemón o una fístula.

 

Millones de dientes son tratados y salvados todos los años con un tratamiento de endodoncia.

Pueden ser los tuyos… ¡no lo dejes! ¡Siempre estás a tiempo de salvarlos!

 

Si necesitas una endodoncia, ven a vernos. Y si lo que necesitas es amor, ven a vernos, y veremos también que podemos hacer por ti.